SER PROFESOR EN TIEMPOS DE PANDEMIA

 SER PROFESOR EN TIEMPOS DE PANDEMIA



Si por algo se caracteriza el sistema educativo español es por los continuos cambios legislativos en el currículo educativo una vez que en política el partido opositor se alza con el poder. Las nuevas leyes o decretos para modificar parcialmente los contenidos, estándares y criterios de evaluación curriculares son uno de los grandes hándicaps del profesorado, que se ve en la necesidad de cambiar en un breve periodo de tiempo lo que era legalmente correcto con la ley o decreto educativo promulgada por el nuevo partido vencido. 


Todos estos cambios repercuten en la situación educativa española, suponiendo que nuestro país no pueda desarrollar una legislación educativa en el largo plazo. En los últimos treinta y cinco años, España ha sido testigo de un total de once leyes educativas elaboradas por los poderes públicos. Esto, más que por necesidad, es fruto de una carga ideológica y ególatra de los políticos de turno que, tristemente, repercute negativamente sobre la forma de construirse la sociedad, teniendo hoy en día la tasa de abandono escolar más alta de la Unión Europea. 


Si bien estos hechos no repercuten positivamente sobre el alumnado, el profesorado sale igualmente perjudicado, teniendo que verse obligado a modificar contenidos y criterios en base a la nueva legislación. Actualmente, hemos estado por un periodo de un año esperando la llegada de una nueva ley educativa a manos de los nuevos partidos de coalición que, supuestamente, parece haberse estado debatiendo, pero con una resolución que no se sabe cuándo tardará en alcanzar al profesorado. 


Este hecho, partiendo de una situación de volatilidad e incertidumbre por los efectos de la pandemia en los centros, deja al profesorado en una nueva situación de debilidad. La falta de medios para frenar los efectos de la pandemia sobre el aprendizaje del alumnado afectará negativamente sobre su nivel de conocimientos presentes y futuro y, con ello, a sus posibilidades a la hora de enfrentarse a niveles superiores universitarios. La ausencia pasada de cursos de actualización tecnológica del profesor, unida a la falta de medios de las familias más humildes para poder asegurar una buena comunicación por medio de las nuevas tecnologías es el resultado, no de un año, sino años de recortes públicos en partidas sociales y educativas. El descenso de conocimientos del alumnado a causa de este año no es, realmente, causado por este año, sino que viene causado por las medidas continuas tomadas desde años anteriores.


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